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Política sobre biocombustibles en México

En México, el primer intento de usar biocumbustibles ocurrió en los noventas, cuando el entonces Departamento del Distrito Federal quiso adicionar etanol a las gasolinas para disminuir las emisiones contaminantes. El proyecto no prosperó.

José Seoane, director general adjunto del Ingenio “La Gloria”, dijo: “desafortunadamente las condiciones no fueron las adecuadas y Pemex no quiso que el proyecto se implementara aduciendo que Pemex era el único autorizado para vender gasolinas, para vender combustibles en el país, así que finalmente el proyecto no se hizo”.

El argumento era que no había productores, ni tecnología suficientes para generar cadenas productivas. Casi 20 años después, ante la disminución en la producción petrolera, en febrero pasado el gobierno federal promulgó la Ley de Promoción y Desarrollo de Bioenergéticos.

Isabel Gómez, presidenta de la Fundación Emisión, dijo: “ya la producción de etanol es una realidad desde hace algunos años, pero las condiciones, porque no teníamos Ley, no eran tan favorables y hoy, que ya tenemos un marco legal, los ingenios adaptados como este pueden comenzar a producir etanol”.

La nueva legislación permite a los agricultores de caña y maíz producir etanol para venderlo a Pemex que, a su vez, lo agregaría a sus gasolinas antes de su venta al público.

“En el caso del etanol pues todavía no está definido cuando Petróleos Mexicanos puede seleccionar una de las zonas metropolitanas del país para oxigenar las gasolinas con etanol”, expresó Juan Bueno Torio, de la Comisión de Energía del Senado.

Aunque la Secretaría de Energía ha dado los primeros permisos de producción, para algunos investigadores, sin Pemex, el proyecto no es viable.

“El armado del negocio es más complicado, si hablas de biocombustibles y no está Pemex en la jugada, mejor no lo hagas, porque ya sea etanol o sea para diesel, Pemex tiene que estar, lo va a distribuir, lo va a mezclar adecuadamente con sus gasolinas, con su diesel, entonces Pemex va a tener que ser un jugador importante en esa cadena”, comentó Leonardo Ríos, subdirector de Gestión e Innovación del CONACYT.

Por eso organismos internacionales señalan que esta legislación solamente se enfoca en la producción de biocombustibles, sin considerar otros aspectos de la cadena productiva.

“No es tan sencillo como tener biocombustibles y ya, que sea bio no significa que sea bueno, puede ser bueno, pero también puede ser adverso, para evitar esto se requieren límites, regulaciones sobre la producción de esta biomasa, de lo contrario no será negocio, no beneficiará al suelo, no evitará el calentamiento global, a la producción de alimentos, a la biodiversidad, así que no es sólo una solución política”, manifestó Alex Friedrich, presidente del Grupo de Transporte de la OCDE.

Además, algunos expertos señalan que la ley actual no incentiva la creación de nueva tecnología, lo que podría impactar en el costo de producción.

“Podemos estar viendo que un combustible aparentemente ambientalmente es mucho mejor, pero lo que nos genera producirlo nos puede llevar a tener un mayor consumo de energía. Entonces creo que hay que hacer esta valoración entre el beneficio que nos puede dar y el costo que tenemos que asumir para poderlo producir”, expuso Diana Noriega, jefa de Proyectos del Centro Mario Molina.

Los empresarios cañeros, por su parte, aseguran que la ley debería considerar el uso de excedentes azucareros para la producción de etanol.

“Esto ayudaría a resolver la problemática tan aguda y casi casi permanente con los productores cañeros, la incapacidad de contar con los recursos suficientes en el mercado del azúcar debido a que los excedentes no tienen una colocación fácil en el mercado mundial”, destacó Manuel Enríquez Poy, vicepresidente de Investigación de la Cámara Nacional de la Industria Cañera.

El panel encargado de vigilar que la producción alimentaria no se ponga en riesgo señala que los programas piloto en ingenios azucareros para generar etanol con fines de autoconsumo serán decisivos.

“Es una opción que habrá de analizarse si es rentable, nosotros ya hemos estado trabajando en algunos números con la finalidad de tener elementos suficientes”, añadió Luciano Vidal, director general de Proyectos de la Subsecretaría de Agricultura de la SAGARPA.

Sin embargo, legisladores afirman que Pemex requiere 30 mil litros de etanol diarios, que la industria nacional no puede cubrir.

“Hoy, produciendo a toda capacidad lo que tenemos instalado de caña de azúcar apenas sacaríamos 7 mil 500 barriles diarios, eso no es suficiente para toda la demanda de Pemex”, concluyó Juan Bueno Torio, de la Comisión de Energía del Senado.

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